De trabajar en una oficina en Pamplona a cuidar elefantes en Tailandia: "Estaba atrapada en una rutina que no me llenaba"

Cristina Palacio con uno de los elefantes de KSES.
Cristina Palacio con uno de los elefantes de KSES.
Cristina Palacio
Cristina Palacio con uno de los elefantes de KSES.

Cristina Palacio se define a sí misma como una gran amante de los animales. "Siempre fui casa de acogida de perros y gatos", cuenta a 20minutos. Lo que esta pamplonesa no sabía es que su pasión la llevaría a trabajar en un santuario de Tailandia cuidando elefantes. Todo empezó con un voluntariado de tres meses en este país asiático, donde descubrió la realidad del sufrimiento de estos animales y los intereses económicos que había detrás de estos lugares sagrados.

Palacio llegó a Tailandia en 2015. Fue una decisión difícil, pero muy meditada. "Sentía que estaba atrapada en una rutina que no me llenaba", comenta. Estudió las carreras de Humanidades y Relaciones Laborales, se tituló en Permacultura y obtuvo un diploma internacional en Biodiversidad y conversación. A esto se suma que estuvo dos años viviendo en Inglaterra y cuatro en Cerdeña. 

Con 27 años volvió a su Pamplona natal, donde estuvo trabajando en agencias de viajes y en otros puestos de oficina. Sin embargo, esta vida estable y normativa le aterraba. "No quería vivir en un piso en la ciudad, como en una colmena", explica. Su sueño era mudarse a una zona rodeada de naturaleza. "Me harté de todo y decidí que me iba de viaje sola", reconoce a 20minutos. Cogió sus maletas y puso rumbo a Tailandia.

El problema de los "falsos santuarios de elefantes"

Los primeros meses en Tailandia no fueron fáciles. El objetivo de su viaje era hacer un voluntariado en algún santuarios de elefantes, pero allí se encontró con que los animales estaban siendo explotados. "Esta situación me marcó para siempre y me abrió los ojos de la realidad", recuerda. Lejos de renunciar y volver a España, decidió involucrarse más en el proyecto. "Logramos implementar muchos cambios positivos, pero los intereses económicos de los dueños del centro prevalecieron sobre nuestra misión inicial", lamenta.

Esta mala experiencia la llevó a escribir un blog de viajes en el que hablaba sobre los "falsos santuarios de elefantes" que se habían convertido en una actividad turística para ganar dinero. Gracias a sus artículos, le llegó su siguiente oportunidad laboral: subdirectora en un templo en Chiang Rai. No dudó en aceptar este trabajo. "Los elefantes me inspiraron a seguir este camino y dejar mi vida en Navarra para trabajar por y para ellos", asegura.

Después de esta oferta, surgieron otras muchas: asesora de varios centros, colaboradora en una ONG y jefa de proyecto en Kindred Spirit Elephant Sanctuary (KSES). Su principal objetivo era mejorar la vida de todos aquellos elefantes en cautividad cubriendo sus necesidades básicas y educar a la gente sobre el sufrimiento de estos animales. Actualmente, está centrada en el proyecto de KSES, trayéndolos de vuelta a su hábitat. 

Así es la vida de un 'cuidador' de elefantes

La jornada de Cristina comienza a las ocho de la mañana. Algunos días se queda en la base de operaciones haciendo labores de oficinal, pero otros se recorre entre seis y 20 kilómetros para ver a los elefantes, que viven en semi-libertad. "No necesitan ser cuidados, ya que saben alimentarse, bañarse y moverse por sí mismos", explica. 

El único contacto con ellos es para proporcionarles comida extra por la deforestación y por las noches, cuando duermen confinados para evitar que destrocen los cultivos de maíz de los agricultores locales o ingieran algún tipo de pesticida. "El problema no es el confinamiento, sino la cautividad en sí, algo que no debería estar permitido tratándose de animales salvajes", reconoce la pamplonesa.

Actualmente, hay siete elefantes en KSES: cuatro machos y tres hembras. Es uno de los pocos centros donde aceptan a elefantes macho porque suelen ser más agresivos. Todos fueron rescatados en situaciones de abuso y maltrato, salvo el pequeño Junior, que nació hace un año en el santuario. "Aquí viven en su hábitat natural: los bosques de las montañas de Chiang Mai", aclara Palacio.

Turismo responsable para el cuidado de los elefantes

En este santuario tailandés reciben a turistas interesados en la vida de los elefantes. Sin embargo, no está permitida la interacción con los mismos ni tampoco hacer actividades programadas. "Es un santuario real, en el cual los elefantes son la prioridad", cuenta. Así, los usuarios pueden conocer toda la información y curiosidades de los mismo, así como hacer voluntariados y actividades de concienciación.

El santuario ofrece varios programas de visita que van desde pernoctaciones puntuales (de dos a cinco días) hasta prácticas de investigación o marketing y fotografía de una a ocho semanas. El apoyo de visitantes y voluntarios es crucial para la continuidad de estos lugares con situaciones económicas precarias. "Desgraciadamente, los santuarios con altos estándares de bienestar son los que menos suelen visitar los turistas", lamenta.

Redactora SEO '20minutos'

Graduada en Periodismo y con un máster en Periodismo Multimedia Profesional por la Universidad Complutense de Madrid (UCM). Actualmente, realizando una Tesis Doctoral en Periodismo en la UCM titulada 'La evolución del periodismo local en Galicia: un análisis a través de La Voz de Galicia y el tratamiento de sucesos'. Trabajo como redactora de la sección de Ciudades realizando noticias de actualidad, así como temas SEO enfocado al posicionamiento de contenido local. También pasé por la sección de Última Hora, donde, además de cubrir noticias de caracter nacional e internacional, cubrí directos y realicé reportajes.

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